¿Quién paga las reparaciones de un apartamento en arriendo?

Cuando decides arrendar un apartamento, una de las preguntas más comunes es: “¿Quién debe asumir las reparaciones?”. El tema puede parecer confuso, pero está claramente regulado por la ley. Como inquilino, hay ciertas reparaciones que te corresponden y otras que son responsabilidad del propietario.

Por ejemplo, el Artículo 1985 del Código Civil establece que el propietario está obligado a realizar las reparaciones necesarias para mantener el apartamento en condiciones óptimas, excepto las llamadas reparaciones locativas, que son tu responsabilidad. ¿Qué significa esto? Las reparaciones locativas son aquellos arreglos menores que surgen del uso cotidiano del inmueble.

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Reparaciones locativas: ¿qué debe asumir el inquilino?

Como inquilino, estás a cargo de las reparaciones locativas, es decir, las reparaciones que se originan por el uso diario del apartamento. Esto incluye cosas como pintar las paredes si se ensucian, reparar puertas que puedan dañarse o cambiar bombillos. También debes encargarte de mantener los electrodomésticos en buen estado y cuidar de las instalaciones del baño y la cocina.

Piensa en esto: si una puerta se empieza a levantar porque le cayó agua y no lo arreglas a tiempo, eventualmente esa puerta se deteriorará más. La ley espera que te ocupes de esos pequeños detalles para conservar el buen estado del inmueble. No es solo cuestión de usar y disfrutar el espacio; también implica hacerle mantenimiento para evitar que las pequeñas reparaciones se conviertan en grandes problemas.

Obligaciones del propietario frente a los arreglos del inmueble

El propietario, por su parte, está obligado a hacer aquellas reparaciones que comprometan la integridad del apartamento o que afecten tu convivencia. Por ejemplo, si se produce un cortocircuito debido a problemas con el cableado interno o si una pared empieza a agrietarse, estas son responsabilidades que debe asumir el dueño.

Retraso en el arriendo: ¿Cuánto tiempo puedes esperar?

Si el problema se origina por defectos en la construcción, como tuberías defectuosas o problemas estructurales, entonces el propietario tiene que hacerse cargo. No obstante, si el daño lo causas tú o alguien que vive contigo, entonces la reparación es tuya. Así que, si una llave de agua se rompe porque fue mal usada, tendrás que reemplazarla.

Ejemplos de reparaciones comunes que debe cubrir el arrendatario

Algunos ejemplos típicos de las reparaciones que te corresponden son:

Daños por grafitis: ¿Le toca al inquilino o al dueño repararlo?

• Pintar las paredes: Si después de un tiempo las paredes se ensucian, rayas o manchas, es tu responsabilidad restaurarlas al estado en que te fueron entregadas.
• Reparar puertas o cerraduras dañadas: Las puertas deben estar en el mismo estado en el que estaban cuando entraste. Si tu mascota rasguñó una puerta o la madera se hinchó porque no la cuidaste bien, tienes que arreglarla.
• Cambiar accesorios menores: Cosas como los plafones (donde van los bombillos), las tapas de los interruptores o los grifos son tu responsabilidad si se dañan por el uso diario.

Una buena práctica es estar atento a esos pequeños deterioros que pueden convertirse en grandes problemas si no se atienden a tiempo. Recuerda, el mantenimiento preventivo es clave.

Cómo evitar conflictos con el propietario por daños en el inmueble

Es importante que mantengas una buena relación con el propietario, y eso incluye ser consciente de tus responsabilidades como inquilino. Si notas un daño pequeño, arréglalo antes de que se convierta en un problema mayor. Si una puerta se empieza a hinchar porque le cayó agua, sé proactivo: aplica sellante o silicona para evitar que el daño avance. Este tipo de mantenimiento es tu deber.

Además, si alguna vez enfrentas una situación en la que no puedes cubrir una reparación, es mejor hablarlo abiertamente con el propietario. La mayoría de los dueños valoran a los inquilinos responsables, y estarán más dispuestos a llegar a un acuerdo si se lo pides desde el respeto y la comunicación.

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Consejos prácticos para mantener el apartamento en buen estado

Aquí te dejo algunos consejos prácticos que pueden ayudarte a evitar problemas con el mantenimiento:

1. Haz pequeñas reparaciones a tiempo: Si notas que algo empieza a dañarse, no lo dejes pasar. Aplicar silicona a las puertas que reciben agua o pegar una parte de la fórmica levantada puede ahorrarte un dolor de cabeza mayor.
2. Cuida los detalles: Cambiar un plafón es algo que puedes hacer por ti mismo. Si nunca lo has hecho antes, empieza con una sola lámpara para ver si puedes hacerlo. Con el tiempo, te acostumbrarás a estas pequeñas reparaciones.
3. Guarda todo lo que cambies: Si decides cambiar algo del apartamento, como un plafón o un accesorio, guárdalo. El propietario podría pedirte que devuelvas el inmueble tal como lo recibiste, y es mejor estar preparado para esa eventualidad.

¿Qué hacer cuando una reparación supera tus posibilidades económicas?

A veces las reparaciones que te corresponden pueden ser costosas o inesperadas. Si te enfrentas a una situación donde no puedes cubrir el costo de una reparación, lo mejor es ser honesto y hablarlo con el propietario. Puedes negociar un acuerdo en el que ambos se repartan los costos, o bien pedir un plazo para cubrir la reparación. La clave está en la comunicación abierta y honesta.

¿Puede un inquilino quedarse con tu inmueble tras 10 años?

Cuando abordas estos temas desde el respeto y la comprensión, es más fácil llegar a un acuerdo favorable para ambas partes. Recuerda que los propietarios suelen estar más dispuestos a colaborar si ven que eres un inquilino que cuida del inmueble.

La importancia de la comunicación y acuerdos con el propietario

Una relación basada en la confianza y la comunicación con tu arrendador es esencial para evitar conflictos a futuro. Si surgen reparaciones, no dejes que las cosas empeoren; habla con el propietario y busca soluciones prácticas. Siempre será mejor llegar a un acuerdo que termine beneficiando a ambas partes. Si no puedes pagar una reparación de inmediato, lo mejor es ser transparente y buscar la forma de solucionar el problema de manera responsable.

Además, cuando tomas la iniciativa en el mantenimiento del inmueble, no solo evitas conflictos, sino que también ayudas a conservar una propiedad que te fue confiada. Recuerda, al final del día, tanto tú como el propietario buscan lo mismo: un hogar en buenas condiciones.